
Qué le hace el magnetismo a tu reloj (y por qué no lo ves venir)
No deja rastro. Ni arañazos ni abolladuras. Nada visible. Y, sin embargo, el magnetismo es uno de los enemigos más silenciosos de tu reloj automático.
No hace falta una central nuclear. Un simple altavoz Bluetooth. Una funda magnética. Una placa de inducción. A veces, basta con acercar el reloj demasiado tiempo. Y, de repente, va cinco minutos más rápido cada día. Como si el tiempo se nos escapara.
Cuando lo invisible altera la mecánica

Un reloj automático funciona mediante un volante de muelle, un resorte ultrafino que late como un corazón mecánico. Cuando un campo magnético lo atraviesa, las espiras pueden unirse parcialmente. Como resultado, el reloj late más rápido. A veces, mucho más rápido.
Este fallo no se debe a una avería. Es el resultado de un entorno que se ha vuelto hostil sin que nos demos cuenta. Y esa es la paradoja: un reloj de alta gama es frágil no al impacto, sino en el campo.
¿Cómo sabes si tu reloj está magnetizado?
No siempre es fácil. Se mueve demasiado rápido. Luego vuelve a la normalidad. Y luego vuelve a empezar. Este tipo de irregularidad puede confundirse con un desajuste. Pero a menudo, la causa es el magnetismo.
Algunos coleccionistas colocan una brújula cerca de su reloj para comprobar si la manecilla se desvía: una prueba empírica, pero no infalible. ¿La mejor opción? Observar un avance anormal constante. O usar una herramienta diseñada para diagnóstico y corrección.
Los culpables ya están en tu casa
Teléfonos inteligentes, altavoces portátiles, cargadores de inducción, fundas magnéticas para iPad, placas de cocina, placas de construcción, incluso un simple bolso con cierre magnético. El peligro no proviene del campo en sí, sino de la exposición prolongada y repetida.
¿Un reloj sobre un altavoz Bose durante la noche? Lo más probable es que haya sufrido un efecto magnético. Y si está en un cajón junto a un cargador, es lo mismo. No es un shock momentáneo, es un veneno lento.
Proteger sin aislar: equilibrio moderno
No hay necesidad de ser paranoico. Simplemente comprenda. Y adopte los hábitos adecuados. No coloque su reloj junto a una computadora en modo de espera. Evite las bolsas magnéticas. Y, sobre todo, elija un lugar adecuado para descansar.

Aquí es donde entra en juego el enrollador automático de relojes , no solo para mantener el reloj a tiempo, sino también para preservarlo en un entorno controlado, a menudo con motores diseñados para limitar la propagación de los campos electromagnéticos internos.
¿Qué pasa si tu reloj ya está afectado?
No es irreversible. Un reloj magnetizado se puede desmagnetizar en segundos. Algunos relojeros lo hacen en sus talleres, pero también existen herramientas discretas para uso personal, como este desmagnetizador de relojes, que permite restaurar el reloj sin abrir la caja.
Un simple gesto que restaura el pulso natural del reloj.
El campo, la espiral y tú
El reloj mecánico no es una máquina perfecta. Vive gracias a componentes sensibles. Y es precisamente esta fragilidad la que le confiere su encanto.
El magnetismo no lo rompe. Lo desplaza. Introduce una asimetría en el tiempo. Y en un mundo saturado de ondas, depende de nosotros elegir qué queremos preservar.
A veces, basta con un apoyo considerado. A veces, un gesto de cariño. Siempre, un poco de comprensión.
Porque no es el impacto lo que más daña los relojes. Es lo invisible.
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