Los relojes de las 100 personas más ricas del mundo

Entre la ostentación, la discreción y la obsesión mecánica

Puedes comprar islas, jets privados o las obras de Basquiat. ¿Pero un reloj? No engaña. No siempre se nota. Hay que experimentarlo.

Y, sin embargo, en la cima del mundo económico, donde los números tienen más ceros que significado, los relojes cuentan una historia. Mucha. Más que un simple estilo, revelan una relación íntima con el tiempo, el poder y el ego.

Porque mientras algunas fortunas ostentan diamantes de 260 quilates, otras optan por un Casio de 69 dólares . ¿Por qué? Porque en relojería, como en estrategia, hay dos corrientes de pensamiento: el ruido y el silencio .

La división de la relojería: entre el brillo y la simplicidad

Por un lado, están los coleccionistas que transforman sus muñecas en cajas fuertes móviles, con los Patek Philippe Grand Complications o los relojes Jacob & Co Billionaire que cuestan 18 millones de dólares.

Por otro lado, están aquellos que odian los relojes como nosotros odiamos las interrupciones: Bill Gates, Mark Cuban, Elon Musk: ultra ricos sin corbata ni complicación.

Esta división no es una cuestión de estilo. Es una filosofía. La joya o la herramienta. El símbolo o el silencio.

Coleccionistas excepcionales

El director ejecutivo de LVMH, Bernard Arnault, no luce un Patek cualquiera. Luce el Nautilus Calendario Perpetuo 5740 con esfera Tiffany. Una pieza única cuyo valor se estima en 6,5 millones de dólares.

©Foto: hypebeast.com

Anant Ambani , heredero del magnate indio Mukesh Ambani, posee una de las colecciones más locas del mundo: Sky Moon Tourbillon, Grandmaster Chime, por más de 16 millones de euros en conjunto.

© Foto: gq.com

Floyd Mayweather no hace las cosas a medias. Su reloj Jacob & Co. Billionaire tiene 260 quilates. Valor: 18 millones de dólares. No da la hora; anuncia una fortuna.

© Foto: ablogtowatch.com

Se elige la simplicidad, se asume la complejidad

A Bill Gates nunca le ha interesado el prestigio. Su Casio Duro de 69,99 $ lo sigue a todas partes. Resistente al agua, sencillo y funcional.

© Foto: hodinkee.com

Warren Buffett sigue fiel a su Rolex Day-Date de oro amarillo, un reloj de 23.000 dólares que ha usado durante décadas.

© Foto: gq-magazine.co.uk

Mark Cuban dejó de usar reloj el día que vendió su primera empresa. «Porque ya no necesito que nadie me diga la hora».

© Foto: Disney/Christopher Willard y Mark Cuban en "Shark Tank"

Titanes tecnológicos: el reloj como no-sujeto

Elon Musk , antaño fan de Richard Mille o de TAG Heuer Carrera SpaceX, ahora parece preferir la ausencia de reloj.

© Foto: gq-magazine.co.uk

Jeff Bezos opta por un Ulysse Nardin Dual Time. Elegante, discreto, ideal para sus viajes intercontinentales.

© Foto: gq-magazine.co.uk

Larry Page y Sergey Brin prefieren las tecnologías conectadas a los relojes mecánicos. La tradición no siempre es compatible con la visión algorítmica del mundo.

Lujo discreto en Asia y Oriente Medio

Mukesh Ambani luce un Vacheron Constantin Patrimony o un Rolex Cellini. Dos modelos discretos a pesar de su inmensa fortuna.

© Foto: Vacheron-Constantin.com

El príncipe Juan de Qatar posee un reloj de zafiro Richard Mille RM-056, limitado a 5 piezas, valorado en 1,6 millones de dólares.

© Foto: richardmille.com

Las casas favoritas de la élite mundial

Patek Philippe sigue siendo una referencia absoluta, en particular con el Grandmaster Chime 6300A (31 millones de dólares).

Richard Mille atrae a los aficionados a la mecánica extrema. Líneas agresivas, ediciones ultralimitadas y materiales futuristas.

Rolex encarna una estabilidad reconfortante. Atemporal, revendible, identificable. Y una opción frecuente entre los grandes inversores.

Conserva lo que tienes

Cuando un reloj vale varios millones, o simplemente mucho, en tu opinión, la cuestión del mantenimiento se vuelve crucial. ¿Cómo evitar averías? ¿Lubricantes endurecidos? ¿Amortiguadores?

Presidente – Winder inteligente con cerradura biométrica

Cada vez son más los coleccionistas que optan por un cargador automático para relojes : un accesorio discreto, pero indispensable para mantener vivos los movimientos más exigentes.

Y para quienes quieran combinar seguridad y cuidado, los enrolladores de relojes seguros para coleccionistas ofrecen una doble garantía: protección física y continuidad mecánica.

Cuando la discreción se convierte en lujo

Está surgiendo una clara tendencia: menos vitrinas, más cajones. Menos brillo, más minimalismo. Entre los jóvenes multimillonarios, los relojes ya no se exhiben sistemáticamente. Se eligen, se viven... o se guardan en silencio.

Porque en un mundo saturado de señales, el silencio se convierte en la firma más preciada.

Conclusión: El reloj como manifiesto

Casio o Patek. Rolex o nada. Cada elección de relojería de alta gama refleja más que una simple preferencia estética.

El reloj no es solo una herramienta de medición. Es una idea, un símbolo, una narrativa íntima. Y para los más adinerados, sigue siendo uno de los pocos objetos que no miente. Simplemente gira.